martes, 2 de diciembre de 2008

CABALLOS ÁRABES, LA RAZA EQUINA MEJORADA POR EXCELENCIA

El caballo Árabe se destaca por la belleza, armonía y equilibrio de sus formas, las que, unidas a su temperamento y distinción, lo convierten en la más elegante cabalgadura.

Es de cabeza corta y cóncava, frente ancha, hocico fino, ojos grandes y expresivos. Sus orejas están bien separadas, son estilizadas y cortas. El cuello es largo y flexible, mientras que el lomo amplio y fuerte se prolonga en su grupa recta hasta la cola, que lleva bien erguida. Su piel es fina y suave, y sus colores más habituales son el tordillo, alazán y zaino. Se caracteriza por su brillante acción y notable libertad de movimientos.

Lo que más impresiona, a primera vista en un caballo Árabe, es su belleza, la armonía y el equilibrio de sus formas. El "Árabe", es un caballo versátil, veloz en su tipo, ágil, de mucho coraje, resistente, sumamente inteligente, brioso pero dócil, con un excelente andar, y de una gran afinidad con el ser humano. Ha sido seleccionado a través de los siglos, por estas cualidades.

Debido a que la raza árabe es más antigua que las demás y que prosperó y se crió en la península Arábiga durante tantos siglos, en un principio se creyó que debió originarse allí. No obstante, los fósiles hallados en la zona se han identificados como restos de onagros. De hecho, los primeros caballos aparecieron en el norte del continente africano. En la prehistoria, numerosos caballos cruzaron el puente terrestre que existió en lo que hoy llamamos el estrecho de Bering hacia Siberia, y continuaron su migración hacia el oeste para extenderse hacia el sur, hacia los países que hoy conocemos como Turquía, Siria, Iraq e irán. Hacia el 2500 a. C., los beduinos, nómadas de la península Arábiga, domesticaron los briosos caballos de esta región.
Cualquiera que sea el tipo, los árabes actualmente se crían evitando los modelos de exhibición temperamentales, tan populares en los años ochenta. Los criadores ahora intentan satisfacer la demanda de caballos tranquilos y atléticos para mil y una disciplinas, desde el trabajo a al rienda, el apartado, la doma o el salto. No obstante, la verdadera aptitud del caballo árabe es su incomparable capacidad de resistencia frente a las demás razas en las competiciones de Raid y ha conseguido el record mundial en los recorridos de 160 Km. No solo es siempre unos de los primeros en cruzar la meta, sino que gracias a su extraordinaria resistencia y forma física es constantemente el ganador del premio al caballo con mejor forma física de la carrera.

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