jueves, 5 de febrero de 2009

SIN RUMBO

Estoy acostada, sin saber que hacer, o a donde ir.
Buscando motivos para sonreír, o simplemente, buscando algo que hacer para no aburrirme.
Siento el tipeo de la computadora.Estoy escuchando música, mi música. Esa que tanto me gusta y tranquiliza, pero aquella que nadie soporta. Quizás por ser muy tranquila, o para los demás, aburrida. No permito esa denominación hacia mis gustos musicales. En realidad, no tengo porque permitirlo o no. Cada uno realiza sus propias elecciones.
Aquellas plácidas canciones que me acompañaron en momentos tristes y me llenaron de alegría en momentos felices.
He cumplido un sueño, algo que siempre he querido hacer, pero a la vez, he adquirido 10 en su lugar.
¿Será que me alcanzará la vida para cumplir aunque sea una mínima parte de ellos?
El sentimiento de lograr algo que se añora, no tiene comparación. En ese momento, sentías que sos la persona más fuerte de la tierra, que nadie puede con vos. Nada ni nadie puede aplacar tu alegría y esa sensación inigualable de haberlo conseguido.
¿Acaso alguien debería desalentarnos cuando algo no es posible?
Cada día me levanto y me acuesto diciendome a mi misma: NADA ES IMPOSIBLE.
Si nos lo proponemos, todos podemos cumplir con nuestros objetivos.
El problema es que, a veces, elegimos mal nuestros objetivos, ya sea porque son utópicos o nada tienen que ver con nosotros.
Pero sean acertados o no, propongamonos ser felices y disfrutar de las personas que nos hacen felices.

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