jueves, 4 de septiembre de 2008

La misión del Coronel Kilgore

Pequeños puntos negros se divisan a lo lejos, tal cual halcones en pleno vuelo.
El ensordecer sonido de los motores de los helicópteros, parece no terminar.
Empieza la guerra psicológica! Son las palabras que enuncia el piloto de la aeronave.
Las naves del Noveno Batallón de la Primera División de Caballería inician el bombardeo al poblado vietnamita.
Una mano acaricia dulcemente a un enorme misil.
Las armas comienzan a cargarse con una gran furia.
Los soldados descienden del vehículo. Todo es oscuro, desde la indumentaria hasta el desolador cielo.
La triste melodía de Wagner, "La Cabalgata de las Walkirias", comienza a sonar.
Las miradas parecen perderse en ese amargo paisaje.
Abajo, la escena para tranquila.
Hasta que en un instante, el caos se apodera de las personas.
El agua comienza a sobreexaltarse.
Los aldeanos huyen con el fin de salvar sus vidas.
La sangre florece como la flor del ceibo. Hombres, mujeres y niños pierden su vida.
La misión del Coronel Kilgore es destruir la bella y pacífica aldea.
Su objetivo es aprovechar las enormes olas.
Kilgore desea surfear sobre las abrumadoras aguas.
El es una persona muy autoritaria, y a toda costa desea lograr su comentario.
Pero yo me pregunto: el fin, ¿justifica los medios?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jime!


me re gustó tu crónica--


un beso nena!!


yo tu socia---

la otra c....

Tanas D. Monkey dijo...

En este caso... Claro que el fin lo justifica joder! olas de 2 metrazos, abriendo a izquierda y derecha, esto es surfin!
¿Quien no mataria por agarrarse unos buenos tubarros?